13 abril 2011

El phishing, mi madre y las tarjetas de crédito

Cuando realizamos una compra por internet, para completar el pago con tarjeta de crédito debemos introducir un Código de Seguridad, conocido por las siglas CVV (Card Verification Value).
Dicho código figura en todas las tarjetas de crédito y de débito. Está formado, en la mayoría de los casos, por tres dígitos impresos en la banda de la firma, detrás de los cuatro últimos números de la tarjeta.

El problema es el de siempre, los múltiples intentos de fraude con la intención de obtener los datos de nuestra tarjeta, incluido el CVV.

De hecho la policía nacional ha publicado hace unos días una alerta de phishing de la Agencia Tributaria cuyo objetivo era robar datos de tarjetas de crédito.
La mayoría sabemos que es esencial no facilitar datos ni claves operativas de nuestras cuentas o nuestras tarjetas de crédito y nos repiten constantemente que las entidades nunca se pondrán en contacto para solicitarnos ninguno de estos datos.
El problema es que no sólo utilizamos tarjetas de crédito los que navegamos por internet . Mi madre, sin ir más lejos, es fan de las tarjetas, y no sabe lo que es un ordenador.
Sin embargo, cualquier día puede recibir una llamada en la que digan que su tarjeta ha sido bloqueada, y que para desbloquearla debe facilitar algunos datos, incluidos los tres numeritos que hay detrás. Incluso puede que le recuerden que por su seguridad no debe facilitar a nadie el PIN...
Para evitar que a mi madre le pase algo parecido, he cogido sus tarjetas y he borrado el CVV con la ayuda de unas tijeras.
Al fin y al cabo nunca lo iba a utilizar. Así todos más tranquilos.

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